UNA DE HUMOR.

Un hombre murió y cuando se disponía a pasar al cielo, San Pedro le guió antes por un gran pasillo lleno de relojes que movían sus agujas de modo irregular.

-Esta es la sala de los relojes de la verdad -explicó San Pedro-. A cada habitante del mundo le corresponde uno de estos relojes. Las manecillas de cada reloj avanzan cuando su dueño miente.-

¿De quiénes son esos relojes llenos de telarañas? -dijo el hombre.-
Són los de Jordi de la Fuente y Alejandro Fernámdez, del M.S.R, que jamás han mentido.

-¿Y ese que se acaba de mover?-El de Manuel Canduela, que se le acaba de escapar una mentirijilla.-

Ah, ¿y los de Zapatero y Rajoy cuales són? -preguntó el hombre con curiosidad.

-¿Los de Zapatero y Rajoy? Lo siento, no los tenemos aquí. Dios se los llevó para usarlos de ventiladores.